INVESTIGACIÓN, DOCUMENTACIÓN Y DIFUSIÓN EN EL MUSEO
por Ramón Ferreres
El presente artículo forma parte del
proyecto final realizado para el curso de Museología de la Universidad de
Alcalá de Henares.
La fuente de información principal son
los materiales didácticos facilitados por la Universidad para el seguimiento del
curso.
Investigación, documentación y difusión son tres de las
funciones básicas del museo. Las otras funciones corresponden al acopio y la
conservación. Todas las funciones del museo están interrelacionadas, ya que
desde Rivière el museo se concibe como un sistema de funciones, que se
relacionan entre sí. Esta interrelación es imprescindible, no solo para el
correcto funcionamiento del museo, sino también para que el museo cumpla la
finalidad que tiene encomendada en la actualidad: establecer una relación entre
fondos y público, los dos referentes clave. Este objetivo es imposible de
alcanzar con la concepción de Rivière en el que el museo es un sistema autónomo
de funciones, en que cada es un objetivo en sí misma. Ahora, se precisa, como
defiende Caballero Zoreda, que sea esa finalidad la que pase a determinar las
funciones, ordenándolas y relacionándolas.
No todas las funciones han tenido el mismo peso que en la
actualidad. La función de investigación en su origen, en el siglo XVIII, no se
diferenciaba de lo que es la documentación y la catalogación y es que por aquel
entonces, la investigación era empirista y se basaba en la organización
taxonómica de la realidad. Luego, para Rivière, la investigación era la
tradicional científica, y orientada a unos visitantes del museo que eran
expertos en la materia. Por tanto era la función más importante y la que
determinaba todas las demás. Determinaba
tanto a la documentación, como a la difusión. Esta fue la tendencia
predominante hasta la aparición de la Nueva Museología. Como hemos visto,
durante más de dos siglos, la investigación era el objetivo y la función
predominante en el museo. Con la Nueva Museología cambia el papel de la
investigación dentro de las funciones del museo, transformándola y haciendo
aparecer una nueva correlación de fuerzas. Este cambio responde a la nueva
finalidad del museo: una función social en la que los visitantes adquieren la
misma importancia que las piezas. Ahora todas las funciones irán en pos de este
nuevo objetivo social comunitario. Ahora la investigación, si bien sigue
ocupando un papel destacado, queda condicionada por las necesidades comunicativas
necesarias para cumplir con su nueva finalidad, y se pone al servicio de la
difusión, debiendo suministrar contenidos de forma diferente. Los objetivos de
investigación están marcados en el Plan Museológico y, dentro de éste, en el
Programa de Investigación. Como objetivos principales tiene la
contextualización y catalogación de los fondos y elaborar la información para
la difusión. La investigación se lleva a cabo a diferentes niveles: análisis y
clasificación de objetos, contextualizar culturalmente el significado de los
objetos para interpretarlos históricamente, etc. Como vemos sigue llevando a
cabo funciones de carácter científico, pero teniendo en cuenta la difusión para
el gran público. Por tanto, la investigación debe conseguir un discurso claro para
el gran público, que es el que tiene que visitar el museo. Lógicamente la
actual función de investigación en el museo difiere de la que puedan tener
otros centros cuya única misión es esa, tales como Institutos de Investigación,
Universidades, etc. El museo, aunque se lo propusiera, no puede competir con
estos centros que se dedican exclusivamente a la investigación, ni tampoco debe
hacerlo porque no es su cometido. Incluso hay posturas, radicales y
minoritarias, que rechazan que el museo deba investigar. La importancia de la
investigación es la misma que la del resto de funciones del museo, pero al
servicio de la difusión. Esto no quiere decir que el museo no investigue, que
lo sigue haciendo, pero su investigación no recae sobre la ciencia pura, más bien
ciencia aplicada, ciencia aplicada al museo. Esta investigación es diferente de
la tradicional científica cuando los visitantes del museo eran expertos en la
materia. El departamento de investigación es el que posee la información y ha
de reordenarla de acuerdo con los objetivos divulgativos del museo. El
departamento de investigación obtiene y ordena la información científica y es
la política de difusión la que orienta la selección. Por tanto, ha de trabajar
en estrecha colaboración con el departamento de difusión.
La función de difusión
también ha sufrido una evolución histórica, dejando de ser un simple montaje
caracterizado por su sobriedad. Con Rivière, la difusión se basaba en dirigirse
al público con estructuras comunicativas científicas. Esta tarea era llevada a
cabo por el conservador científico polifacético. Con este perfil profesional,
la difusión que requiere el museo en la actualidad hubiera sido imposible, ya
que la nueva finalidad comunicativa demanda un nuevo perfil profesional que se
requiere para llevar a cabo esta función. El departamento de difusión debe
tener en cuenta las características del público, investigando sobre él. Debe
determinar sus intereses, sus motivaciones, ser consciente de sus conocimientos
previos en la materia y de los procedimientos de descodificación de la
información. Una vez hecho esto, aplicarlo al discurso expositivo, las
exposiciones, que deben ser lo más comprensibles posible. Esto se consigue estructurándolas, seleccionando
los contenidos que son más adecuados, los lenguajes y recursos a emplear, así
como empleando todas las técnicas museográficas que se requieran para conseguir
los objetivos deseados. Para ello no se requiere un museólogo científico
polifacético, sino con conocimientos de las diferentes técnicas museográficas a
aplicar.
La función de documentación
ha estado presente desde siempre. Rivière ya hizo referencia a que el museo
también es un centro de documentación. La documentación debe servir a la
investigación y a la difusión. No hay que contemplarla solamente a nivel
administrativo, sino en su papel de herramienta imprescindible para la
investigación, la difusión y el resto de las funciones del museo. No nos
extenderemos más, ya que trataremos esta cuestión en la pregunta referente al sistema
DOMUS.
La complementariedad e interrelación necesaria entre
investigación, documentación y difusión. para que cumpla su función social,
requiere de un modelo de gestión horizontal diferente al predominante durante
muchos años, que era de carácter vertical. El Organigrama Horizontal se
caracteriza porque las diferentes áreas y departamentos del museo se relacionan
horizontalmente, esto es, consensuando entre ellas la finalidad, los objetivos
y los medios. Este modelo es diametralmente opuesto al Organigrama Vertical,
que ha sido el predominante hasta hace bien poco en nuestro país, y en el que
los diferentes departamentos se relacionan verticalmente con la dirección. Por
tanto, en este modelo, los departamentos no participan de los procesos, objetivos
y finalidad del museo, es la dirección la que lo hace. En este sistema es
imposible alcanzar la complementariedad e interrelación entre funciones que
reclamábamos al principio.
Incluso es difícil alcanzar
esta complementariedad funcional con el modelo Horizontal, ya que éste tiene
muchas formas de llevarse a cabo, como veremos a continuación, al analizar este
modelo en nuestro país
En España, este
funcionamiento horizontal del museo queda establecido por el reglamento de
Museos de Titularidad Estatal y del Sistema Español de Museos (Reglamento
620/1978). En él, se establecen 3 áreas funcionales básicas: la de
administración, la de difusión y la de colecciones (que agrupa documentación,
conservación e investigación). Como vemos la documentación y la investigación
comparten área, mientras que la difusión queda encuadrada en un área a parte.
Dentro de esta estructura
horizontal, el funcionamiento es por programas con una estructura funcional, es
decir, que establecen competencias que suelen corresponderse con la estructura
del museo, con las funciones de cada departamento. Cada departamento lo
redactará de acuerdo con los otros y bajo supervisión de la dirección. Esta
división funcional en cierta manera dificulta a veces la complementariedad
entre las funciones, al tener las competencias demasiado delimitadas. Este
hecho se debe a que los programas que hemos mencionado no potencian la
comunicación entre departamentos, como sucede en países anglosajones.
Otro problema más concreto,
es que el área de colecciones está totalmente sobredimensionada respecto a la
difusión, ya que colecciones agrupa 3 departamentos. Si tenemos en cuenta que
la difusión es una función bastante nueva y que, por tanto, necesita una
especial atención, se hace difícil de entender este “abandono”. También hemos
de tener en cuenta que la investigación y la difusión deben trabajar más que
nunca en complementariedad, ya que de la relación entre elllas al mismo nivel
depende la función primordial: la relación al mismo nivel de publico y piezas.
Algunos autores proponen soluciones. Una de las posibles sería que difusión e
investigación debieran estar integrados en el mismo área (cosa que se nos
antoja un poco complicada). Otra posible solución sería que el departamento de
difusión se dividirse en más departamentos (y así se igualase al área de
colecciones tiene 3). Una muestra del gran peso que tiene el departamento de
colecciones es que este sigue encargándose en la actualidad del montaje de
exposiciones, y no el de difusión que es que debe hacerlo, en muchos museos.
Si tomamos como solución que
el departamento de difusión se subdivida en diferentes departamentos englobados
dentro de un mismo área, conseguiremos que el primer gran referente, el
público, englobado en el área de colecciones; y el público, el otro referente,
encuadrado en el área de difusión, tengan al mismo peso. Esta ampliación
departamental del área de difusión se reflejaría en la aparición de nuevos
departamentos. Tendría que haber un departamento de exposiciones que se encargara
de programación y gestión de exposiciones permanentes y temporales (hay que
recordar que colecciones también participa pero la iniciativa corresponde al de
difusión) para cumplir con el acercamiento de las piezas al publico. Un
departamento correspondiente a otras actividades y servicios que ofrezca el
museo. Un departamento de comunicación que lleve a cabo un programa de público
y accesibilidad. Por último, uno estrictamente de comunicación.
Y no solo los departamentos
han cambiado, también las áreas lo han hecho. Desde finales de los 90, ya no es
tan claro lo de que a cada función le corresponde un espacio concreto. Por el
contrario, cada vez más en un mismo área podemos observar como se desarrollan
diferentes funciones.
A pesar de todo lo expuesto respecto a la organización y
el organigrama requeridos en el museo no hay que olvidar nunca que todos los
departamentos participan, en mayor o menor medida, en todos los procesos (por
ejemplo, en la organización de exposiciones). Lo que sucede es que unos tienen
la responsabilidad o la iniciativa en unas materias y otros en otras, pero en
mayor o menor medida, todos conservan, todos investigan y todos documentan.
Todos investigan, no solo el
departamento de investigación. El departamento de difusión investigará sobre el
público – sus intereses y características – y sobre la manera más adecuada de
estructurar las exposiciones para llegar a ellos. Investigará sobre los fondos,
pero con objetivos diferentes de los que puedan tener el resto de
departamentos, centrándose en como usarlos de la mejor manera posible para que
hagan servicio a la comunicación expositiva. El departamento de documentación
también investigara sobre los fondos para crear y diseñar estrategias que
mejoren tanto el almacenamiento como el acceso a la información. Por tanto, la
investigación sobre los fondos que realiza en departamento de investigación
debe centrarse en aspectos no tratados por otros departamentos, como por
ejemplo la catalogación de los fondos, indagando así para establecer nuevas
relaciones.
En el mismo sentido, los
departamentos de investigación también llevarán a cabo tareas de documentación
y de difusión; y los departamentos de documentación investigarán - como
acabamos de ver- y participarán en tareas de difusión.
Esta participación de
diferentes departamentos en los mismos procesos hará que en muchas ocasiones
deban trabajar conjuntamente. Y es que hay que recordar que las funciones sólo
se completan cuando entran en relación con otras, ya que, como hemos comentado
al principio, la finalidad es la que ordena las funciones.
El departamento de
investigación y de documentación habrán de trabajar en estrecha colaboración en
lo referente al sistema de documentación del museo. Desarrollarán conjuntamente
las herramientas para recuperar la información dentro de las bases de datos. El
departamento de documentación es el encargado del ingreso, mientras que el de
investigación es el encargado de su posterior asociación y catalogación al ser
el que interpreta y establece relaciones dentro de diferentes niveles
significativos: contextos, culturas, funciones, tipos, técnicas, etc. Este
conocimiento tendrá que trasmitirlo al departamento de Documentación.
Esta interacción entre ambos
departamentos va beneficio de todos los departamentos del museo ya que cuando
la información científica sea volcada en el sistema de documentación, podrán
acceder a ella todos los departamentos del museo. En este sentido es el
departamento de Documentación el que pondrá en relación a los distintos
departamentos y funciones del museo. Veremos más claros estos aspectos en la
pregunta referente al sistema DOMUS.
Otro ejemplo de trabajo en
equipo, que en este caso implicaría tanto a los departamentos de investigación
y difusión, como el de documentación, es, por ejemplo, la elaboración de los
soportes de comunicación y explicativos de una exposición, ya sea permanente o
temporal. La primera aproximación al significado de las piezas se realizará
gracias al sistema de documentación que les permitirá aproximarse al significado
de los objetos. El departamento de investigación dará orientaciones sobre la
selección de las piezas y elaborará el contenido científico de la exposición.
El departamento de difusión será el que finalmente dará forma definitiva a la
exposición, “traduciendo” el discurso del departamento de investigación a un
lenguaje accesible para el gran público y que tenga en cuenta los objetivos de
la exposición.
La interrelación y complementariedad entre estas 3
funciones – investigación, documentación y difusión - adquiere un sentido total
en relación con las otras dos funciones del museo, acopio y conservación, del
siguiente modo. La conservación del Patrimonio Histórico ha sido y sigue siendo
la razón de ser de los museos. No obstante, la pieza en el museo ha sufrido la
descontextualización respecto de su entorno original. Por tanto, el acopio y la
conservación encuentran su justificación en el hecho de que el museo sea capaz
de documentar, investigar y divulgar estos significados originales del objeto que
han quedado descontextualizados, para que así sirvan como referente a futuras
generaciones. Se convertirá entonces cada pieza, en un documento de valor
incalculable al ser un documento contextualizado, reflejo de nuestra historia y
un medio de comunicación efectivo.
Investigación, documentación
y difusión están directamente relacionadas con la función de conservación. La
función de investigación en tanto que investiga el significado que tiene el
objeto y también al ofrecer información para su conservación. La de difusión
ayudará a la conservación, al intervenir en el diseño más correcto de los
soportes expositivos. La de documentación también tendrá un papel básico como
herramienta que favorecerá la correcta conservación al controlar los
movimientos de los fondos del museo.
Antes de acabar la exposición me gustaría hablar de la
investigación en el museo como servicio externo en el museo. Se corresponde
con aquellas tareas de investigación que
llevan a cabo los investigadores externos para sus fines, tales como tesis
doctorales o proyectos de investigación, que obviamente tengan como fuente de
estudio fondos del museo.
Me gustaría defenderlas, ya
que el museo no solo ha de estar abierto al gran público, sino también a este
tipo de público y es que el museo debe servir, en mi opinión, también a la
comunidad científica. En este sentido, vemos como aún esta presente la
investigación entendida como lo era años atrás y dirigida a un público muy
restringido. Esto no es malo, siempre que no interfiera con la función más
general del museo.
Por favor, cambie el aspecto de la web, daña a la vista. Gracias.
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