jueves, 7 de junio de 2012

ARTÍCULO: Investigación, Documentación y Difusión en el museo.


INVESTIGACIÓN, DOCUMENTACIÓN Y DIFUSIÓN EN EL MUSEO
por Ramón Ferreres
El presente artículo forma parte del proyecto final realizado para el curso de Museología de la Universidad de Alcalá de Henares.
La fuente de información principal son los materiales didácticos facilitados por la Universidad para el seguimiento del curso.

            Investigación, documentación y difusión son tres de las funciones básicas del museo. Las otras funciones corresponden al acopio y la conservación. Todas las funciones del museo están interrelacionadas, ya que desde Rivière el museo se concibe como un sistema de funciones, que se relacionan entre sí. Esta interrelación es imprescindible, no solo para el correcto funcionamiento del museo, sino también para que el museo cumpla la finalidad que tiene encomendada en la actualidad: establecer una relación entre fondos y público, los dos referentes clave. Este objetivo es imposible de alcanzar con la concepción de Rivière en el que el museo es un sistema autónomo de funciones, en que cada es un objetivo en sí misma. Ahora, se precisa, como defiende Caballero Zoreda, que sea esa finalidad la que pase a determinar las funciones, ordenándolas y relacionándolas.

            No todas las funciones han tenido el mismo peso que en la actualidad. La función de investigación en su origen, en el siglo XVIII, no se diferenciaba de lo que es la documentación y la catalogación y es que por aquel entonces, la investigación era empirista y se basaba en la organización taxonómica de la realidad. Luego, para Rivière, la investigación era la tradicional científica, y orientada a unos visitantes del museo que eran expertos en la materia. Por tanto era la función más importante y la que determinaba  todas las demás. Determinaba tanto a la documentación, como a la difusión. Esta fue la tendencia predominante hasta la aparición de la Nueva Museología. Como hemos visto, durante más de dos siglos, la investigación era el objetivo y la función predominante en el museo. Con la Nueva Museología cambia el papel de la investigación dentro de las funciones del museo, transformándola y haciendo aparecer una nueva correlación de fuerzas. Este cambio responde a la nueva finalidad del museo: una función social en la que los visitantes adquieren la misma importancia que las piezas. Ahora todas las funciones irán en pos de este nuevo objetivo social comunitario. Ahora la investigación, si bien sigue ocupando un papel destacado, queda condicionada por las necesidades comunicativas necesarias para cumplir con su nueva finalidad, y se pone al servicio de la difusión, debiendo suministrar contenidos de forma diferente. Los objetivos de investigación están marcados en el Plan Museológico y, dentro de éste, en el Programa de Investigación. Como objetivos principales tiene la contextualización y catalogación de los fondos y elaborar la información para la difusión. La investigación se lleva a cabo a diferentes niveles: análisis y clasificación de objetos, contextualizar culturalmente el significado de los objetos para interpretarlos históricamente, etc. Como vemos sigue llevando a cabo funciones de carácter científico, pero teniendo en cuenta la difusión para el gran público. Por tanto, la investigación debe conseguir un discurso claro para el gran público, que es el que tiene que visitar el museo. Lógicamente la actual función de investigación en el museo difiere de la que puedan tener otros centros cuya única misión es esa, tales como Institutos de Investigación, Universidades, etc. El museo, aunque se lo propusiera, no puede competir con estos centros que se dedican exclusivamente a la investigación, ni tampoco debe hacerlo porque no es su cometido. Incluso hay posturas, radicales y minoritarias, que rechazan que el museo deba investigar. La importancia de la investigación es la misma que la del resto de funciones del museo, pero al servicio de la difusión. Esto no quiere decir que el museo no investigue, que lo sigue haciendo, pero su investigación no recae sobre la ciencia pura, más bien ciencia aplicada, ciencia aplicada al museo. Esta investigación es diferente de la tradicional científica cuando los visitantes del museo eran expertos en la materia. El departamento de investigación es el que posee la información y ha de reordenarla de acuerdo con los objetivos divulgativos del museo. El departamento de investigación obtiene y ordena la información científica y es la política de difusión la que orienta la selección. Por tanto, ha de trabajar en estrecha colaboración con el departamento de difusión.
La función de difusión también ha sufrido una evolución histórica, dejando de ser un simple montaje caracterizado por su sobriedad. Con Rivière, la difusión se basaba en dirigirse al público con estructuras comunicativas científicas. Esta tarea era llevada a cabo por el conservador científico polifacético. Con este perfil profesional, la difusión que requiere el museo en la actualidad hubiera sido imposible, ya que la nueva finalidad comunicativa demanda un nuevo perfil profesional que se requiere para llevar a cabo esta función. El departamento de difusión debe tener en cuenta las características del público, investigando sobre él. Debe determinar sus intereses, sus motivaciones, ser consciente de sus conocimientos previos en la materia y de los procedimientos de descodificación de la información. Una vez hecho esto, aplicarlo al discurso expositivo, las exposiciones, que deben ser lo más comprensibles posible.  Esto se consigue estructurándolas, seleccionando los contenidos que son más adecuados, los lenguajes y recursos a emplear, así como empleando todas las técnicas museográficas que se requieran para conseguir los objetivos deseados. Para ello no se requiere un museólogo científico polifacético, sino con conocimientos de las diferentes técnicas museográficas a aplicar.
La función de documentación ha estado presente desde siempre. Rivière ya hizo referencia a que el museo también es un centro de documentación. La documentación debe servir a la investigación y a la difusión. No hay que contemplarla solamente a nivel administrativo, sino en su papel de herramienta imprescindible para la investigación, la difusión y el resto de las funciones del museo. No nos extenderemos más, ya que trataremos esta cuestión en la pregunta referente al sistema DOMUS.

            La complementariedad e interrelación necesaria entre investigación, documentación y difusión. para que cumpla su función social, requiere de un modelo de gestión horizontal diferente al predominante durante muchos años, que era de carácter vertical. El Organigrama Horizontal se caracteriza porque las diferentes áreas y departamentos del museo se relacionan horizontalmente, esto es, consensuando entre ellas la finalidad, los objetivos y los medios. Este modelo es diametralmente opuesto al Organigrama Vertical, que ha sido el predominante hasta hace bien poco en nuestro país, y en el que los diferentes departamentos se relacionan verticalmente con la dirección. Por tanto, en este modelo, los departamentos no participan de los procesos, objetivos y finalidad del museo, es la dirección la que lo hace. En este sistema es imposible alcanzar la complementariedad e interrelación entre funciones que reclamábamos al principio.
Incluso es difícil alcanzar esta complementariedad funcional con el modelo Horizontal, ya que éste tiene muchas formas de llevarse a cabo, como veremos a continuación, al analizar este modelo en nuestro país

En España, este funcionamiento horizontal del museo queda establecido por el reglamento de Museos de Titularidad Estatal y del Sistema Español de Museos (Reglamento 620/1978). En él, se establecen 3 áreas funcionales básicas: la de administración, la de difusión y la de colecciones (que agrupa documentación, conservación e investigación). Como vemos la documentación y la investigación comparten área, mientras que la difusión queda encuadrada en un área a parte.
Dentro de esta estructura horizontal, el funcionamiento es por programas con una estructura funcional, es decir, que establecen competencias que suelen corresponderse con la estructura del museo, con las funciones de cada departamento. Cada departamento lo redactará de acuerdo con los otros y bajo supervisión de la dirección. Esta división funcional en cierta manera dificulta a veces la complementariedad entre las funciones, al tener las competencias demasiado delimitadas. Este hecho se debe a que los programas que hemos mencionado no potencian la comunicación entre departamentos, como sucede en países anglosajones.
Otro problema más concreto, es que el área de colecciones está totalmente sobredimensionada respecto a la difusión, ya que colecciones agrupa 3 departamentos. Si tenemos en cuenta que la difusión es una función bastante nueva y que, por tanto, necesita una especial atención, se hace difícil de entender este “abandono”. También hemos de tener en cuenta que la investigación y la difusión deben trabajar más que nunca en complementariedad, ya que de la relación entre elllas al mismo nivel depende la función primordial: la relación al mismo nivel de publico y piezas. Algunos autores proponen soluciones. Una de las posibles sería que difusión e investigación debieran estar integrados en el mismo área (cosa que se nos antoja un poco complicada). Otra posible solución sería que el departamento de difusión se dividirse en más departamentos (y así se igualase al área de colecciones tiene 3). Una muestra del gran peso que tiene el departamento de colecciones es que este sigue encargándose en la actualidad del montaje de exposiciones, y no el de difusión que es que debe hacerlo, en muchos museos.
Si tomamos como solución que el departamento de difusión se subdivida en diferentes departamentos englobados dentro de un mismo área, conseguiremos que el primer gran referente, el público, englobado en el área de colecciones; y el público, el otro referente, encuadrado en el área de difusión, tengan al mismo peso. Esta ampliación departamental del área de difusión se reflejaría en la aparición de nuevos departamentos. Tendría que haber un departamento de exposiciones que se encargara de programación y gestión de exposiciones permanentes y temporales (hay que recordar que colecciones también participa pero la iniciativa corresponde al de difusión) para cumplir con el acercamiento de las piezas al publico. Un departamento correspondiente a otras actividades y servicios que ofrezca el museo. Un departamento de comunicación que lleve a cabo un programa de público y accesibilidad. Por último, uno estrictamente de comunicación.
Y no solo los departamentos han cambiado, también las áreas lo han hecho. Desde finales de los 90, ya no es tan claro lo de que a cada función le corresponde un espacio concreto. Por el contrario, cada vez más en un mismo área podemos observar como se desarrollan diferentes funciones.

            A pesar de todo lo expuesto respecto a la organización y el organigrama requeridos en el museo no hay que olvidar nunca que todos los departamentos participan, en mayor o menor medida, en todos los procesos (por ejemplo, en la organización de exposiciones). Lo que sucede es que unos tienen la responsabilidad o la iniciativa en unas materias y otros en otras, pero en mayor o menor medida, todos conservan, todos investigan y todos documentan.
Todos investigan, no solo el departamento de investigación. El departamento de difusión investigará sobre el público – sus intereses y características – y sobre la manera más adecuada de estructurar las exposiciones para llegar a ellos. Investigará sobre los fondos, pero con objetivos diferentes de los que puedan tener el resto de departamentos, centrándose en como usarlos de la mejor manera posible para que hagan servicio a la comunicación expositiva. El departamento de documentación también investigara sobre los fondos para crear y diseñar estrategias que mejoren tanto el almacenamiento como el acceso a la información. Por tanto, la investigación sobre los fondos que realiza en departamento de investigación debe centrarse en aspectos no tratados por otros departamentos, como por ejemplo la catalogación de los fondos, indagando así para establecer nuevas relaciones.
En el mismo sentido, los departamentos de investigación también llevarán a cabo tareas de documentación y de difusión; y los departamentos de documentación investigarán - como acabamos de ver- y participarán en tareas de difusión.

Esta participación de diferentes departamentos en los mismos procesos hará que en muchas ocasiones deban trabajar conjuntamente. Y es que hay que recordar que las funciones sólo se completan cuando entran en relación con otras, ya que, como hemos comentado al principio, la finalidad es la que ordena las funciones.
El departamento de investigación y de documentación habrán de trabajar en estrecha colaboración en lo referente al sistema de documentación del museo. Desarrollarán conjuntamente las herramientas para recuperar la información dentro de las bases de datos. El departamento de documentación es el encargado del ingreso, mientras que el de investigación es el encargado de su posterior asociación y catalogación al ser el que interpreta y establece relaciones dentro de diferentes niveles significativos: contextos, culturas, funciones, tipos, técnicas, etc. Este conocimiento tendrá que trasmitirlo al departamento de Documentación.
Esta interacción entre ambos departamentos va beneficio de todos los departamentos del museo ya que cuando la información científica sea volcada en el sistema de documentación, podrán acceder a ella todos los departamentos del museo. En este sentido es el departamento de Documentación el que pondrá en relación a los distintos departamentos y funciones del museo. Veremos más claros estos aspectos en la pregunta referente al sistema DOMUS.
Otro ejemplo de trabajo en equipo, que en este caso implicaría tanto a los departamentos de investigación y difusión, como el de documentación, es, por ejemplo, la elaboración de los soportes de comunicación y explicativos de una exposición, ya sea permanente o temporal. La primera aproximación al significado de las piezas se realizará gracias al sistema de documentación que les permitirá aproximarse al significado de los objetos. El departamento de investigación dará orientaciones sobre la selección de las piezas y elaborará el contenido científico de la exposición. El departamento de difusión será el que finalmente dará forma definitiva a la exposición, “traduciendo” el discurso del departamento de investigación a un lenguaje accesible para el gran público y que tenga en cuenta los objetivos de la exposición.

            La interrelación y complementariedad entre estas 3 funciones – investigación, documentación y difusión - adquiere un sentido total en relación con las otras dos funciones del museo, acopio y conservación, del siguiente modo. La conservación del Patrimonio Histórico ha sido y sigue siendo la razón de ser de los museos. No obstante, la pieza en el museo ha sufrido la descontextualización respecto de su entorno original. Por tanto, el acopio y la conservación encuentran su justificación en el hecho de que el museo sea capaz de documentar, investigar y divulgar estos significados originales del objeto que han quedado descontextualizados, para que así sirvan como referente a futuras generaciones. Se convertirá entonces cada pieza, en un documento de valor incalculable al ser un documento contextualizado, reflejo de nuestra historia y un medio de comunicación efectivo.
Investigación, documentación y difusión están directamente relacionadas con la función de conservación. La función de investigación en tanto que investiga el significado que tiene el objeto y también al ofrecer información para su conservación. La de difusión ayudará a la conservación, al intervenir en el diseño más correcto de los soportes expositivos. La de documentación también tendrá un papel básico como herramienta que favorecerá la correcta conservación al controlar los movimientos de los fondos del museo.

            Antes de acabar la exposición me gustaría hablar de la investigación en el museo como servicio externo en el museo. Se corresponde con  aquellas tareas de investigación que llevan a cabo los investigadores externos para sus fines, tales como tesis doctorales o proyectos de investigación, que obviamente tengan como fuente de estudio fondos del museo.
Me gustaría defenderlas, ya que el museo no solo ha de estar abierto al gran público, sino también a este tipo de público y es que el museo debe servir, en mi opinión, también a la comunidad científica. En este sentido, vemos como aún esta presente la investigación entendida como lo era años atrás y dirigida a un público muy restringido. Esto no es malo, siempre que no interfiera con la función más general del museo.

1 comentario:

  1. Por favor, cambie el aspecto de la web, daña a la vista. Gracias.

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